Un alud desenfrenado envolvió nuestros cuerpos; nos revolcamos y rodamos hasta caer atrapados hondamente en su interior. Nada pudo redimirnos —amantes desbocados sin salida—. Conservamos el calor de la pasión hasta que su boca helada dejó de sentir mis besos y yo dejé de sentir mis labios. Congelados en el tiempo —y unidos en un perpetuo abrazo— yacemos juntos bajo este manto de nieve.
****************************************************************************
Nombre: Sara Lew
Alias:
Sitio web: Microrrelatos Ilustrados
País: España
Una muerte no tan mala.
ResponderEliminarUn beso, Sara.
Han tenido la suerte (o la desdicha) de morir en el mejor momento...
EliminarUn abrazo, Humberto.
Qué romantico, Sara...Me encanta tu prosa llena de tientes poéticos. Un soplo de avalancha, un título lleno de significado.
ResponderEliminarBesicos
Una avalancha apasionada, como este vendaval tan creativo.
EliminarUn abrazo, Cabopá.
Una avalancha de amor, con la falta que nos hace.
ResponderEliminarUn abrazo,
Todo lo que se hace en buen momento viene para bien, como este soplo por ejemplo.
ResponderEliminarA pesar del frío que envuelve el micro, está cargado de calidez y poesía.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Tiene aroma de cuento, poético y potente.
ResponderEliminarEsa avalancha te lleva por la historia con la misma pasión con la que los amantes se entregan a su destino.
ResponderEliminar