domingo, 23 de junio de 2013

El silencio del canario

Cuando lo traje a casa cantaba como los dioses. El problema fue que un día dejó de cantar, así de simple. Traté de buenas maneras, y nada, como si le diera hiel. Pasaban los días y yo emperrado en que cantara y el muy maldito siempre con su trinar negado. Cuando llegó Esther a mi vida, el infeliz comenzó a cantar. Entonces, con rabia, tomé aquella decisión que tanto me pesa ahora.

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Nombre: Maria Elena Lorenzin
Alias:
Sitio web
País: Australia

7 comentarios:

  1. Saludos transpacíficos, María Elena.

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  2. Pobre canario, pero a veces las emociones son incontrolables.
    Un abrazo.

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  3. Es la primera vez que te leo, María Elena. La buena lectura me da placer, y te lo que comento rápido porque a tu personaje no le agrada el silencio.

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  4. Le recomendaría a Esther que no haga la típica femenina de decir "No me pasa nada" y llamarse a silencio... digo.
    Muy bueno, María Elena.
    Saludos van
    San Montelpare

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  5. Muy bueno, personaje complejo, pobre Esther, que no lo contradiga jaja. Edith

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  6. Por algo era!! Los animales tienen instinto.
    Besicos muchos.

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  7. Inteligente este canario. Gloria Arcos

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