domingo, 23 de junio de 2013

Vendaval

Recuperadas las palabras, déjenme que les explique. Sucedió el domingo pasado, cuando de repente se fue la luz, y con su ausencia, notamos un apagón en nuestros cerebros. Mi mujer me miraba y yo a ella, pero ninguno era capaz de hablar. Aterrados por la situación nos abrazamos hasta que uno de los dos, ahora no sabría decirles quién, arrastró al otro hacia el balcón. Allí, nos percatamos de que el cielo no era azul, ni el sol redondo, ni los arboles verdes. También que a nuestros pies, las calles se habían convertido en un riachuelo plagado de pececillos humanos que vagaban como zombis en un silencio absoluto. Absortos permanecimos como ellos un buen tiempo, ¿una o dos horas? Soy incapaz de precisarlo, aunque sí fui consciente cuando las nubes se alinearon y descargaron una lluvia de letras. Unas letras que llegaban hasta nosotros convertidas en palabras. Y entonces nos empapamos de "amor", "pasión", "sexo"…, y recuperamos entre besos nuestra capacidad de comunicarnos. Más tarde, por la televisión supimos que todo se debió al Vendaval que recorrió el mundo para eliminar esos horrendos vocablos que nos hacían daño y que, sinceramente, ya no recuerdo.

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Nombre: Nicolás Jarque Alegre
Alias:
País: España

8 comentarios:

  1. ¡Genial, escritor!
    Tu sello vendavalero es un soplo a la comunicación y está muy bien eso de hacer el amor para recuperar los vocablos, qué más da, cómo.

    Besicos, amigo.

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  2. El vendaval como catarsis. Una buena perspectiva.

    Un abrazo, Escritor.

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  3. Nicolás, me encanta. Es un "chute" de optimismo y en este caso las palabras atesoran mucho. ¡Genial tu Vendaval!

    Besitos

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  4. Acá, esperando que se corte la luz... cri cri...
    Muy bueno, Nicolás. Celebro el poder de la palabra.
    Saludos siempre admirados.
    San Montelpare

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  5. Un optimista vendaval de palabras nos asola con tus palabras, Nico. Lo has tejido entre los aires circulares.

    Muy bueno :-)

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  6. Viva el vendaval! has removido tantas y buenas cosas.
    Genial!

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  7. Muy onírico y poético. Y cargado de sensualidad.

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  8. Estupendo y muy positivo. Un abrazo. Gloria Arcos

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