Por matar el tiempo, me llamé por teléfono. Me contestó una voz apagada, deprimente. Le colgué. Me supo mal. Volví a marcar mi número. Pero al sonar colgué de nuevo. Cuando vi el número en la pantallita, corroída por la curiosidad, quise saber quién era. Comunicaba. Probé con el móvil. La voz era la misma, aunque parecía haber mejorado de ánimo. Pregunté que porque me había llamado. Sentí su extrañeza al oír mi pregunta. -A ver, creo que confunde las cosas, fue Usted el que quería algo de mí-. -Pero, yo sólo hice que devolverle la llamada- repliqué, tropezando en las palabras. -Con el más allá no se juega-, me reprendió, con voz muy enojada.
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Nombre: Mei Morán
Alias: Trasgubinti
Sitio web: Mei Morán
País: Alemania
Muy bueno, ese final mata.
ResponderEliminarmMe ha gustado. Un inesperado final muy bueno.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Buenísimoo!
ResponderEliminarMe encantó!
Saludos,
Adri
Jajajaja, eso pasa por matar el tiempo.
ResponderEliminarBesos de vendaval
Me gusta esa circularidad, al final no sabes quién llama a quién, y claro, si estás en el más allá no puedes estar en el más acá.
ResponderEliminarBesos
Jejeje, mira que si te llamas y no estás, y no te dejas mensaje y tú sin enterarte de que te has llamado. Eso puede pasar.
ResponderEliminarUn abrazo, Mei.
Bonito juegos de yos y contra yos, que se enfadan consigo mismos.
ResponderEliminarMuchas veces pienso que la muerte no es más que un fino cristal en el que nos reflejamos todos los días, aunque lo neguemos.
ResponderEliminarTu cuento me confirma esta suposición :-)
Me encantó ese diálogo interno / telefónico!
EliminarTú, mi, me, conmigo...¿Y no te encontraste?
ResponderEliminarMuy bueno, buenísimo y original
Besicos
Genial, Mei.
ResponderEliminarBesos.
Muy bueno el giro final. Si eso podeis comunicaros por el whatsapp
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